Pages
▼
martes, 7 de julio de 2009
Vivir en Santidad
Cuantas personas al leer este título dirán: SALVESE QUIEN PUEDA, RELIGIOSO A LA VISTA!!!
Pero ya lo he hablado en este blog hasta la saciedad. NO soy religioso. Pienso que NINGUNA religión salva. Por eso no soy religioso, pero hay quienes les encanta escuchar y hablar de prosperidad, todo está bien, vas a ser rico, eres el hombre Nuclear, un Supermán con esteroides, Caperucita Roja con metralleta automática… que cuando ven que alguién hablar de santidad, piensan que están ante un bicho raro.
Me llama mucho la atención cuando veo en televisión, en internet, en templos, en fin, diversos lugares y escenarios; y veo que se habla de un evangelio más parecido a mensajes de autoayuda y superación que el mensaje que trajo Jesucristo. Pero ¿qué pasó con temas como vivir en santidad, Jesucristo viene pronto, el que persevere hasta el fin ese será salvo, ser imitadores de Cristo, hacer con los demás como quieras que hagan contigo…?
¿Qué pasó con los dones del Espíritu y orar en todo tiempo?
Hay mucho por decir pero hay mucho más por hacer. En esta ocasión hablaré acerca de vivir en santidad.
La palabra santo viene del hebreo qâdosh, que significa “apartado”, “escogido por Dios”, “diferente”. De esta forma vemos que Yahveh es Santo, es decir diferente a todo lo qué es pagano y profano.
Pero y nosotros ¿qué? Dios es Santo, es claro, entonces, si somos hijos de Él, debemos ser santos:
1 Pedro 1. 14 – 16 dice: Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia, sino, así como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, porque escrito está: «Sed santos, porque yo soy santo».
Analizando esto vemos que ser santo va ligado a conocer, ¿a quien? A Dios. ¿Porque digo que conocer? Porque antes estábamos en ignorancia, y por eso estábamos actuando conforme a nuestros deseos, es decir aquello que nos conduce a pecar y de esta forma mantenernos alejados de nuestro Padre. Vivir en santidad es igual a vivir según la forma o manera de vivir de Dios, no la nuestra.
Un santo no es un ídolo, ni el retrato de un ser humano al que se le atribuyen poderes milagrosos o que está en el cielo cumpliendo labores de intersección. Una persona santa es alguien de limpio corazón y que se aleja del pecado.
1 de Juan 3:9 enseña: Todo aquel que es nacido de Dios no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
Hay algo que debemos analizar aquí. Dice Juan en su primera carta que el que es nacido de Dios no practica el pecado. Nosotros somos humanos y tenemos fallas y errores, pero eso no es lo mismo que practicar el pecado. Practicar el pecado significa pecar reiteradamente y teniendo pleno conocimiento de ello y aún así hacerlo.
Cuando tú te arrepientes de tus pecados y entregas tu corazón a Dios, recibes Jesucristo como tu Señor y Salvador personal, y vives conforme a la Palabra de Dios manteniéndote en las enseñanzas del Mesías, vives una transformación en tu ser. Es una nueva criatura la que se forma y las cosas viejas quedan en el pasado. Una naturaleza diferente hay en ti.
Lo explico con una historia que escuché hace poco:
Un padre de familia granjero tomó un cerdito y lo llevó a su casa. Lo bañó, lo vistió, lo perfumó, le puso una peluca como Marilyn Monroe, le colocó un collar de perlas y lentes de contacto verde aceituna.
Los hijos del mencionado señor estaban más contentos que mico estrenando lazo, porque tenían una nueva macota. Pero cuando el granjero abrió la puerta el marranito salió como el correcaminos y se lanzó al lodo y se revolcó hasta más no poder. ¿Por qué lo hizo? Por MARRANO. (Dirá alguno) y sí, en cierta forma, porque estaba en su naturaleza. El granjero luego tomó a un corderito e hizo lo mismo, lo arregló más que a Miss Universo, y cuando abrió la puerta el corderito no fue a revolcarse en el charco. ¿Por qué? Porque no estaba en su naturaleza.
Siendo hijos de Dios, debemos tener Su naturaleza. Ser Santos.
La santidad en nuestras vidas se perfecciona en nosotros, como dice 2 Corintios 7.1: Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
¿Cómo se perfecciona? No es bañándose, vestirse, perfumarse, poniéndose peluca , collar de perlas y lentes de contacto verde aceituna como el marranito, sino, apartándose del pecado, orando sin cesar, leyendo y poniendo en práctica La Escrituras, siendo imitadores de Jesucristo, amando a Dios por encima de todas las cosas y al prójimo como a uno mismo…
Ser santo no es una moda y no se hace poniéndote una camiseta que dice Jesús te ama. Va más allá. Es conocer al Señor Todopoderoso tal y como es Él, y apartarse para Él.
Te invito a ser santo ya que: “Seguid la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14)
CONTINUARÁ…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Puedes dejar tus comentarios de esta entrada. Si no tienes cuenta de Google, en "Comentar como" le das Nombre/URL, firma con tu nombre y señalas de donde eres por favor. Mil gracias.