AVIVAMIENTO

Jesucristo dijo: "Y yendo, predicad, diciendo: “El reino de los cielos se ha acercado”. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia." (Mateo 10.7-8)
Si me preguntan: Ariel, ¿crees en los milagros? yo sin duda puedo decir que sí. Porque Dios lo dice y yo le creo. Muy seguramente habrán quienes digan que no, que los milagros solo eran para los tiempos antiguos, pero la Biblia dice en Hechos 1:8: pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo. y después: "y recibiréis el don del Espíritu Santo, porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llame" (Hechos 2:38 - 39)
¿No tiene Dios el poder suficiente para sanar, liberar, hacer milagros, prodigios y señales? ¿No es acaso el mismo Dios nuestro el Dios de Pedro, Juan, Pablo y demás por medio de quienes el Señor hizo tantas señales?
Yo creo en el avivamiento enseñado por Dios en Joel 2.28: Después de esto derramaré mi Espíritu sobre todo ser humano, y profetizarán y vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. También sobre los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Haré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, fuego y columnas de humo.
Yo lo creo... ¿y tú?

Un Avivamiento parte de una sola base: Comunión con el Espíritu Santo. Entrar al Lugar Santísimo y llenarse del poder de Dios. Cuando Jesucristo se fue de esta tierra, nos dijo que no nos dejaría solos y que enviaría al Espíritu Santo. Para que halla Avivamiento debemos ser llenos de poder desde lo alto (Lucas 24:49)
Pero el Avivamiento no es para cobrar protagonismo nosotros ni convertirnos en celebridades. Es para ser testigos del Señor. Que Nuestro Padre Celestial sea glorificado por doquier y así mismo muchos reciban sanidad, libertad, buenas nuevas y amor de Dios.
Pero necesitamos ser transformados en nuestro interior para que llegue un verdadero y crucial Avivamiento. Creer, más y más. Si puedes creer, tú le dirías a la montaña: échate al mar y así será. Renovar los pensamientos y llegar así a recibir todo lo que Dios en su misericordia quiere entregarnos. Entender que el Espíritu Santo mora dentro de nosotros y donde está el Espíritu de Dios hay libertad. (2 Corintios 3:17) Libertad de la enfermedad, libertad de ataduras, libertad de ruina, libertad aún de la muerte. Nosotros somos linaje santo y pueblo escogido por Dios y por lo tanto llenos del poder de lo alto somos.
Si el Espíritu de Dios estaba en Moisés, Elías, Eliseo y el mismo Jesucristo, también lo está en mí y en ti. Si puedes creer... Para el que cree TODO le es posible (Marcos 9:23)
Entra en una intimidad total con tu Padre. Busca su rostro día y noche. Apártate del mal y verás un mover como nunca antes haz visto. El poder de Dios puede romper con paradigmas y aquellas cosas que no te permiten ascender en fe y gracia. Eres un hijo de Dios, no eres una mera creación. Si quieres ver cosas maravillosas, pídeselo al Señor, pide y se te dará. No hay imposibles, en el vocabulario de un hijo de un Rey de reyes no existe. Llenarnos de Dios, sumergirnos en Su Presencia nos llevará a niveles mayores.
¿Quieres un Avivamiento? Esfuérzate y se valiente. Batalla como Jacob por la bendición. No dejes que el desánimo te abrace y te haga desistir. Hay mucho por ganar y es el tiempo. El Espíritu Santo quiere mostrar su Poder a través nuestro.
Convierte tu vida en un instrumento del Señor y verás la Gloria de Dios.
Ninguna enfermedad es más grande que Nuestro Hacedor. Nada es más poderoso que el Señor de señores. Si estás viviendo una situación apremiante y crees que no hay salida ni solución, este mensaje es para ti. SI HAY SOLUCIÓN. Aviva tu vida y permite que Dios obre y haga maravillas en tí y los tuyos. Nuestro Dios es especialista en lo que para nosotros es "imposible." Si Dios te visita en un Avivamiento lo hará con milagros, sanidades, señales y prodigios.

Jesucristo dijo: ¿No te he dicho que si crees verás la Gloria de Dios? (Juan 11.40)