Hasta el último esfuerzo.

¿Haz querido alcanzar algo que parece imposible?
¿Alguna vez te has sentido impotente ante las circunstancias?
¿Sentimientos de rabia y desazón llegan constantemente a ti al no poder lograr tus objetivos?


Todos nosotros en la vida tenemos sueños y anhelos, hay quienes logran hacerlos realidad y hay quienes no. Uno de los factores que marcan la diferencia es que los que sí los alcanzan tienen un ingrediente en común. Algo que los hace diferentes al resto. Son personas que practican una constante. Son aquellas personas que dan hasta el último esfuerzo para conseguir sus deseos. Cuando tú tienes algo que deseas tener o alcanzar, necesitas poner al máximo de ti. No doblegarte aunque las circunstancias te quieran hacer renunciar. Es necesario hacer hasta el último esfuerzo y agotar hasta el último recurso. Debes sentirte con la motivación necesaria a hacerlo, porque, si es tu anhelo es porque sabes que es bueno para ti, que vale la pena; además no estas solo, cuentas con al respaldo y la bendición de Dios. Romanos 8: 31 dice: “…Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”

Dando aún más allá de lo que crees o puedes dar, y agotando los recursos con que cuentas, que por cierto son muchos, es como podrás alcanzar tus metas en la vida. ¿Herramientas? muchas: La Biblia, estudios Bíblicos, consejería, libros, personas que te aman... ¡LO QUE TÚ MISMO TE PUEDES APORTAR!

No pienses que quedándote con los brazos cruzados te va a caer todo del cielo. Deja a un lado el conformismo y la pereza y encamina tus pasos a una vida plena en bendición. El colmo de un perezoso es madrugar para tener más tiempo que perder. Aprovecha tu tiempo y produce aquello que te lleve a conquistar tus sueños. Orienta tu vida en el camino adecuado y aplícate en todo lo que hagas. Hay personas que andan más desorientadas que un perro caído de una mudanza, no seas tu una de ellas.

¿Piensas que aún no estás preparado para hacerlo? Aleja ese concepto de tu mente. Estás lo suficientemente apto para adoptar la posición adecuada y dar más de ti y buscar los medios necesarios para alcanzar lo soñado. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4: 13) No finjas ser débil porque no lo eres. Al aceptar a Cristo en tu corazón lo invitaste a vivir dentro de ti, así que en tu ser habita un Ser Todopoderoso. Ya no vives tú, sino que Cristo vive en ti. (Gálatas 2: 20)

No limites lo que Dios puede hacer en y a través de ti. Dios le mandó a Josué que se esforzara y fuera valiente, y ahora te lo dice a ti. Sé obediente a su voz y no dejes de poner de tu parte. Sin tu aporte en este aspecto, Él no podrá actuar como tú quisieras. No porque no esté en sus posibilidades, solo que Dios es un caballero y respeta tu decisión.

Ahora, ¿que tienes por perder? ¿Tiempo? El tiempo no seria más que una inversión en ti mismo. En trabajar por y para ti, mientras te esfuerzas por lo que quieres tener. El beneficio mas grande que tendrás al dar más de ti y usar las herramientas necesarias para alcanzar tu fin es que, te enfocarás mucho más en eso que anhelas y así pasará que al pasar el tiempo y mires atrás tengas la firme convicción de que hiciste aún mas de lo necesario y que pudiste tener lo que te pertenecía. Caso contrario será si en un futuro ves atrás y te das cuenta que, debido a la falta de colocar más de ti y usar las herramientas que Dios te puso en tus manos, dejaste escapar la oportunidad de ser feliz, y por esto perdiste lo que te pertenecía. Resultado: andar más aburrido que una rata dentro de un coco.

Nunca dejes de recordar que los sueños nunca morirán mientras sean alimentados por la esperanza y la fe. Éstos a su vez están condimentados por el esfuerzo, dedicación, hacer hasta el último esfuerzo y agotar hasta el último recurso.