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Apreciado Ariel,
Te escribo porque desde hace mucho tiempo soy esclavo de una fuerte adiccion. Soy cristiano pero aun asi no puedo dejar de ver pornografia. Quiero dejarlo y lo he intentado de muchas formas pero no puedo, ayudame por favor, se que desagrado a Dios con esto que hago, gracias y espero tu respuesta,
Guillermo (Su nombre ha sido cambiado para respetar su privacidad)
Hola Guillermo,
Bienvenido a este espacio donde no hay condenación ni juicio, solo busco brindar herramientas que puedan ayudarte a resolver tus conflictos. Paso a responder tu carta:
Cuando entras al mundo de la pornografía entras a un mundo de violencia, muerte y falta de paz. Al entrar te conviertes en un esclavo y esta esclavitud es una de las más difíciles de romper. La adicción a la pornografía es una de las más difíciles de superar y controlar, y el impulso de adquirir y usar material pornográfico permanece durante toda la vida, a menos que con la ayuda de nuestro Señor Jesucristo, podamos acabar de raíz con esta adicción. Las relaciones sexuales son parte importante en el desarrollo del ser humano, pero sólo si están bajo los parámetros establecidos por el Creador. La pornografía es el acto de distorsionar algo que hizo Dios para procreación y deleite del hombre y la mujer. La pornografía hace daño a cualquiera que la ve, no distingue sexos, estratos sociales, edades... NADA. Insensibiliza al que la ve, impulsa a realizar otros crímenes y los facilita, causa adicción, destruye matrimonios y hogares... En fin.
La pornografía interfiere en las relaciones interpersonales y en el desarrollo moral de todas las personas que la ven. Y lo peor de todo es que aleja a las personas de Dios. La pornografía insensibiliza. El ver estos materiales, sean estos violentos o no, coactivos o no, aumenta experimentalmente la conducta agresiva del hombre contra la mujer, y disminuye la sensibilidad, de tanto el hombre como la mujer, hacia la violación sexual y hacia la situación deplorable de las víctimas. Tanto los hombres como las mujeres, después de haber visto este material, creen que la mujer que ha sido víctima de una violación sexual ha sido menos perjudicada, es menos digna y hasta es responsable de su propio sufrimiento. Muchas personas que han sido adictas y que han intentado dejarla, se ven nuevamente cayendo es las redes de este mal. Esto produce en ellos sentimientos de culpa y suciedad. Algunos llegan a sentir tendencias al suicidio, así que ya se puede contemplar las reales dimensiones de esta adicción. Aquellas personas que consumen pornografía llegan a sentir que necesitan materiales más y más perversos para mantener su nivel anterior de excitación sexual.
Pero... ¿Que dice Dios al respecto? 1 Corintios 6:18 dice: "Huyan, pues, de la inmoralidad sexual. Cualquier otro pecado que una persona comete, no afecta a su cuerpo; pero el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo."
Nuestro cuerpo es Templo y Morada del Espíritu Santo, por lo tanto al pecar contra nosotros mismos estamos enlodando la habitación del Espíritu de Dios. Como hijos de Dios no podemos participar en este tipo de prácticas:
"Ustedes, que pertenecen al pueblo de Dios, no deben ni siquiera hablar de la inmoralidad sexual ni de ninguna otra clase de impureza o avaricia." (Efesios 5:3)
Dios es claro al decirnos que nos apartemos de TODA inmoralidad:
Romanos 13:13: "Actuemos con decencia, como en pleno día. No andemos en borracheras y banquetes ruidosos, ni en inmoralidades y vicios, ni en discordias y envidias." Colosenses 3:5: "Hagan, pues, morir todo lo que de terrenal hay en ustedes: que nadie cometa inmoralidades sexuales, ni haga cosas impuras, ni siga sus pasiones y malos deseos..."
Para nuestro Señor Jesucristo es tan seria la cuestión que en Mateo 5:28 dice: "...yo les digo que cualquiera que mira con deseo a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón".
En tu caso, que eres cristiano, tengo algunos consejos puntuales pare ser libre de esta adicción:
1- La presencia de Dios te aleja del pecado, y así mismo, el pecado te aleja de la presencia de Dios. Hay un poder inmensamente grande en la adoración. Busca tiempos a solas con el Señor y adórale. Busca el rostro de Dios de día y de noche. Dedica más tiempo a la lectura de la Palabra de Dios. Ora sin cesar y eleva cantos e himnos a Él. Dale la importancia requerida a la guerra espiritual. El enemigo vino para destruir y es el más interesado en que nos alejemos de Dios. Reúnete con personas de fe y llenas del Espiritu Santo y den la batalla, en el nombre de Jesucristo. No olvides que somos más que vencedores, que haz sido comprado con precio de sangre y que tienes todo el derecho de ser libre.
2- Hay algo que debo decirte, y que no quiero parecer muy drástico pero es necesario. Siendo cristiano, tienes algo a cuestas, y es que ya tienes conocimiento del Camino. Para aquellos que le conocemos hay un pasaje en la Biblia con una advertencia bastante clara: "Si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la Ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisotee al Hijo de Dios, y tenga por inmunda la sangre del pactos en la cual fue santificado y ofenda al Espíritu de gracia? Pues conocemos al que dijo: «Mía es la venganza, yo daré el pago» --dice el Señor--. Y otra vez: «El Señor juzgará a su pueblo». ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! (Hebreos 10: 26 - 31) No es mi intención infundirte miedos, solo te transmito lo que Dios dice. Ya sabes que es pecado y al pecar deliberadamente, estamos pisoteando al Hijo de Dios, tomando por inmunda la sangre que él derramó y ofendiendo al Espíritu de Dios.
3- Aléjate de todo aquello que te coloque en la línea de esta adicción. Revistas, libros, películas, páginas de Internet con contenido X... Desecha todas estas cosas. Si tienes amistades, familiares o conocidos que te encaminen a esto, corta de raíz con ello, no quiero decir que te conviertas en ermitaño, solo que tomes las medidas necesarias. Ocúpate en otras labores ajenas a la pornografía: Ejercicios, el arte, salir de paseo, actividades sanas de esparcimiento. Mantente ocupado y en constante aprendizaje y crecimiento.
Por último, AMA A DIOS LO SUFICIENTE…
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