La Amistad I Parte

Hablar de la amistad es muy común en estos tiempos. Mirando en lugares como el Facebook, Sonico, Hi 5, entre otros, vemos que hay personas que dicen que tienen 35, 50, 85, 1000 amigos. El término está tan devaluado y tan repetido que se ha perdido su real significado.
Saber que se tienen pocos amigos es visto en algunos círculos como que es poco popular o que es un asociable. Pero a la luz de la Palabra de Dios y del mundo en sí ¿que es la amistad?



La amistad es un valor y un principio del cual se pueden sacar muchos beneficios y satisfacciones. Se da cuando dos o mas personas se relacionan entre sí y se dan cuenta que comparten muchos gustos y pareceres o cuando simplemente se disfruta de la compañía y apoyo entregado.
Ahora, hay un refrán que dice que: “Amigo… el ratón del queso, y se lo come”, dando entender que la amistad no existe. Que cualquiera te puede dar la puñalada trapera. Y en cierto modo esto puede ser verdad. La misma Biblia dice: ¡Maldito aquel que confía en el hombre! (Jeremías 17:5), pero hay que prestar atención a lo que dice todo este versículo, miremos como dice:
Así ha dicho Jehová: ¡Maldito aquel que confía en el hombre, que pone su confianza en la fuerza humana, mientras su corazón se aparta de Jehová!
MIENTRAS SU CORAZÓN SE APARTA DE JEHOVÁ. Cualquiera puede hacerte la farisea, pero eso pasa cuando descuidas tu cercanía con el Señor. Si tú buscas cada día y trabajas por mantener una relación personal con Jesucristo, las posibilidades de que seas traicionado por un amigo o por quién dice serlo son menores.
Hoy en día existen muy pocos amigo de verdad. Hay muchas personas que practican lo que se llama la ley del embudo: lo ancho para mí y lo angosto para el resto. Además, hay muchos lobos disfrazados de ovejas que buscan a personas generosas para aprovecharse de ellas y dejarlas más embolatadas que una gallina criando patos.
Pero todo esto no es suficiente para no creer que la amistad SÍ existe y que pueden haber amistades verdaderas y sinceras. ¿pero, como reconocerlas?
Para saberlo tomemos un ejemplo y veamos lo que nos enseña acerca de lo que es la amistad. Vamos a escoger a uno entre cuatro personajes: Jesucristo, Hitler, Bin Laden y Saddam Hussein. Yo creo que escogemos por inmensa mayoría a Jesucristo.
Jesucristo dijo en Juan 15:13: Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Aquí vemos dos puntos claves. Amistad va acompañada de amor y cuando sea necesario, sacrificio. Nuestro Señor es el más claro ejemplo de esto. Es un modelo a imitar. Él dio su vida por nosotros.
Un amigo de verdad debe ser un buen confidente. Jesús en otra parte dijo: Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre os las he dado a conocer. (Juan 15:15) pero además de confidente debe ser reservado y respetuoso de la privacidad. Hay quienes un amigo les cuentan algo y de inmediato crean una página Web y lo riegan en toda la Red Global Mundial. Por algo proverbios 17:9 expresa: El que encubre la falta busca la amistad; el que la divulga, aparta al amigo.
Un amigo te dice la verdad aunque duela. En cierta ocasión Jesús iba con sus discípulos en una barca y se durmió. Luego se desató una tempestad y los discípulos se asustaron y lo llamaron diciendo: ¡Señor sálvanos que perecemos! Jesucristo les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. Analicemos, Jesucristo les llamó la atención acerca de su poca fe pero luego actuó. Ahí demostró ser un excelente amigo.
¿De que te sirve señalarle a un amigo algún error o equivocación si no le muestras como corregirlo y mostratle que hay que hacer para mejorar?
El tema de la amistad tiene mucha tela por cortar, así que próximamente estaré profundizando en él. Pero mientras tanto tengan claro que la verdadera amistad, al igual que el amor verdadero, SÍ existe, y vale la pena.
Los dejo con un versículo para que lo lean y lo mediten:
Vuelve ahora en amistad con Dios y tendrás paz; y la prosperidad vendrá a ti. (Job 22:21)